jueves, 22 de diciembre de 2011

MEDIA MARATON DE TACORONTE. 18/12/2011

A LA SEGUNDA NO FUE LA VENCIDA
    Es que los refranes y proverbios están para algo.    Ante mi comentario de "Ya te daré tu dorsal 5 minutos antes de la salida, no te pongas nervioso", parece que Juan Andrés decidió proponer un plan alternativo. Y fui así como nuestra aventura comenzó el domingo a las 7:45 am cuando me recogió con su coche en la puerta de casa para ir juntos a la Media de Tacoronte.    El día amaneció nublado y fresco, un combinación ideal para la carrera. "Quizás demasiado fresco para mi camiseta de asillas", pensé. Pero ahí quedó todo, en un pensamiento. La conversación y los comentarios previos: "Aquí esta tú dorsal. Te traje imperdibles...", "¿Que tal los entrenos?", "Parece que hace fresquito",..."La verdad es que la inscripción no es nada cara. No hay chip, pero es que por ese precio...".    Alrededor de las 8:05 estábamos aparcando en Tacoronte a unos 500mt de la zona de salida porque el acceso estaba cortado por obras. Allí hicimos un poco de tiempo porque 'sobraba' y hacía fresco a la intemperie. Finalmente nos decidimos a partir y 15 minutos antes de la salida trotábamos relajadamente próximos al arco de salida/meta. Fue entonces cuando tocó ponerse la pilas. Nos cruzamos con Iván, del Salitri y al decirle que acabábamos de llegar nos preguntó sorprendido si aún no habíamos recogido el chip.    Pero que chip, ni san chip. Como íbamos a saber que había chip si no se nombraba en ningún sitio. Corriendo disparados a la caseta de Coca-Cola a recoger los famosos chips, que supongo que ya estaban empezando a aburrirse en sus bolsitas marrones, preguntándose si era posible que sus dueños fueran tan despistados. Si es que a todas las carreras hay que darles su toquecito de emoción y corre-corre, que si no, no tiene gracia. Aunque creo que a Juan Andrés no le hizo mucha.    Bueno, tema del chip resuelto. Ahora toca calentar y estirar un poco. Al final no hubo mucho tiempo para eso. Una visita postrimera y urgente a las instalaciones sanitarias deun bar cercano, consumió todo mi tiempo. Solo me quedó el justo para incorporarme a la zona delantera de un pelotón ya formado y ansioso de correr frente a la línea de salida. Breve intercambio de palabras con Damián que estaba por allí y enseguida pistoletazo de salida.


  Los entrenamientos habían progresado bien las últimas semanas y en principio era razonable pensar en cumplir el objetivo de bajar de 1h23min en esta prueba. Se nota que no había ido a Tacoronte hacía tiempo. :-)    Los 2 primeros kilómetros en descenso pronunciado hacia la Baranda son intensos y reorganizan el pelotón. Llegando a la rotonda alcanzamos la señal kilométrica de 2km en 7'26". Por las sensaciones y el perfil inicial de la prueba me parece un tiempo realista y lógico para esa distancia. Aunque el discurrir de la prueba me haría darme cuenta de que esa marca kilométrica debía ser de las pocas privilegiadas en estar en su ubicación correcta.  Cambio de sentido y ascenso hacia Tacoronte para el paso por contrameta y continuación hacia Los Rodeos y San Lázaro. Me bastaron solo un par de kilómetros para darme cuenta de que la aplastante realidad orográfica de la prueba iba a imponerse sobre mis 'irreales' objetivos cronométricos. Aquella cronoescalada con innumerables toboganes no tardó en caldear mis cuádriceps y ralentizar mi ritmo.
Uno tras otro iban cayendo los kilómetros y yo me iba alejando de mi objetivo. Eso sí, no era un alejamiento progresivo y gradual. Más bien arbitrario y peregrino, igual que la colocación de las señales kilométricas en la calzada. Supongo que los jueces de la prueba no habrán tenido en cuenta el balizaje para homologar la prueba, porque de haber sido así... Por otra parte, entiendo que ningún corredor habrá estado vinculado a la colocación; y lo digo porque un corredor en carrera ansía la llegada de cada baliza y corrije su piloto-automático en función de la retroalimentación que le ofrece la señalética. El corredor sufre en sus carnes y en su mente la imprecisión del balizaje, y en Tacoronte me imagino que muchos habremos terminado 'contentos' al respecto.

Volviendo a la carrera, y obviando la aleatoriedad en las referencias kilométricas, lo que si parece claro es que la tendencia indica un alejamiento de los planes previstos. Sin embargo me resisto a admitirlo y me centro en tomar como referencia a otros corredores. A pocos metros delante de mí transita Aroa.

  Me aferro al pensamiento de que seguro que estará en sus marcas (en torno a 1h21') y por tanto deberá recuperar tiempo en los tramos de bajada. Y si sigo su ritmo, yo también lo haré. Así que me pego a ella y comparto un par de kilómetros en la zona de los Naranjeros. Pero termino convenciéndome de que tengo que ir a por mi mejor marca, así que me centro en mantener un nivel de intensidad elevado y regular y finalmente me adelanto para seguir en solitario a por mi tiempo.    Se realiza el cambio de sentido definitivo en San Lázaro en el kilómetro 12,5 aproximadamente. Llevo perdidos en torno a 2minutos. "Ya solo me quedan 8'5km" pienso, "...y son en bajada". Tengo que recuperar tiempo a marchas forzadas.



 Eso es lo que yo pensaba. Pero a pesar que que el desnivel neto era descendente, la realidad es que había más toboganes que en un parque infantil. Me crucé con Juan Andrés cerca del puente de Los Rodeos y poco después con Julio. No andaba yo muy sobrado para saludos efusivos. El cansancio empezaba a hacer mella y sólo había energía para algún intercambio gestual rápido.  Empiezo a pasar kilómetros y disfruto de nuevo de algunas maravillas del balizaje que me indican que he corrido un kilómetro a 4'28" y el siguiente a 2'26". Me quedan solo 2 kilómetros a meta y saco mis últimos cartuchos. Aprieto los dientes y adelanto a un par de corredores en la zona del Cantillo. Finalmente, cruzo la meta en 1h23'52".









En mi primer intento, en la Media de Santa Cruz paré el crono en 1h23'35". En este segundo intento en Tacoronte, de nuevo, solo segundos me han separado de mi objetivo. La verdad es que podría haber esprintado al final y ya está, como me sugirió bromeando unos minutos después Juán Andrés al cruzar la meta y hablar conmigo.
   Ahora me queda poco más de un mes para la fecha límite de mi objetivo 31 de Enero de 2012. Y antes de esa fecha, solo un último intento: La Media Maratón de Gran Canaria el 22 de Enero. Esperemos no tener que esprintar al final y hacer cierto el proverbio que reza:

A LA TERCERA VA LA VENCIDA.