miércoles, 8 de junio de 2011

El IRONMAN de Francisco

Lanzarote 21 Mayo 2011

Suena el despertador, son las 5:10am. Parece mentira que ya haya pasado otro año. Faltan menos de 2 horas para que se dé la salida al Ironman de Lanzarote y aquí estoy desayunando mi bol de leche con gofio y miel, mi plátano, mi barrita y un par de tragos de jugo de melocotón para endulzar la mañana.

Igual que el año anterior, Maveve e Iker me acompañan a Puerto del Carmen para la salida. LLego a los boxes con el tiempo justo de 'adornar' mi bici con todos sus accesorios, incluyendo mi rutómetro, hinchar las ruedas, aligerar peso en los baños portátiles, ponerme el traje y a la playa.



Diagonalizo entre los participantes para colocarme en la parte derecha de la salida, al igual que otros años. Me da tiempo de colocarme el gorro y las gafas y esperar 2 minutos antes de la salida.
¡¡¡Vaya!!!, me ha sobrado tiempo, a diferencia de años anteriores. Pero solo me ha servido para que se me empañaran las gafas esperando en la salida. El año que viene pongo el despertador 2 minutos más tarde. :-)

Tras el pistoletazo, a correr hacia el agua evitando en lo posible los golpes, pisotones, etc... Empiezo a nadar sacando la cabeza frecuentemente para orientarme en los primeros metros y cuando se plantea una bifurcación para esquivar a algún nadador siempre cojo a la izquierda para intentar pasar cerca la primera boya. ¿¿Por qué año tras año salgo por la derecha, y luego al empezar a nadar voy hacia la izquierda???



Intento no nadar muy fuerte, para hacer las 2 vueltas en un tiempo similar. Para mi sorpresa, paro el cronómetro en la primera vuelta en 29:38.
La segunda vuelta tardo 30:56, haciendo el segmento de natación en un tiempo total de 1:00:34.



Yo no lo entiendo. O el circuito es más corto, o me ha vuelto a pasar lo del año anterior. He entrenado menos volumen y me ha salido más rápido. El año que viene, empiezo a entrenar la natación en Mayo directamente :-).



No he visto a Maveve ni a Iker por ninguna parte. Pero allí estaban, metidos en el agua en bañador, empapados por los triatletas que los salpicaban constantemente y soportando el frío matutino que hacía a Iker titiritar. Y desafortunadamente, a pesar de estar en primerísima fila, no logramos vernos.



En la transición, a diferencia de años anteriores, decido quitarme completamente el traje en las duchas, y además salgo con el casco puesto hacia la bici. Ahorro un minuto respecto a años anteriores, pero tampoco es para tanto.

Comienza el segmento de ciclismo y este año, a diferencia de los anteriores, el viento va a ser protagonista. Sopla desde el norte a unos 28-30km/h con rachas de 35km/h. Desde el comienzo del recorrido en bici, se suceden los adelantamientos. A veces me adelanta un ciclista aislado, a veces 6 o 7 de una tacada. Yo a lo mío, sigo con mi 'rutómetro' particular, constatando, eso sí, que parcial tras parcial, voy dejándome segundos respecto a las referencias del año anterior. Pero es normal, hace más viento que otros años. ¿Y los demás no lo notan?. Claro que lo notan, el año pasado sin viento también me adelantaban.





Pero este año hay una diferencia en mi planteamiento: me he propuesto no cargarme las piernas en el recorrido de bici, para evitar los calambres y llegar fresco a la carrera a pie. Con esta premisa, subo la recta del Parque Eólico a escasos 9km/h en determinados momentos. Y a velocidad similar la rampa de Guinate y las rampas más duras del Mirador del Rio. En ese punto hago una 'parada técnica' de un minutito para el agua del canario, cojo un par de bidones de 'energy' como dicen los voluntarios y me lanzo hacia Arrieta.

Llevo más de 15 minutos de retraso, pero ahora me toca el tramo de viento a favor. Recupero 1 minuto en el descenso y algunos más de camino a Tahiche, y apunto estoy de caer en la tentación de cebarme a pedalear como un poseso. NO. Aflojo de nuevo y me imagino que me quedan otros 120kms de bici, en lugar de los 25km que me restan. Siento como disminuye la carga en los cuadriceps y cuando me quiero dar cuenta ya estoy en meta. Al final he perdido unos 7 minutos respecto a mi rutómetro, finalizando el segmento de bici en 6h24min; lo cual no está mal porque ha hecho más viento y he logrado 'conservar mecánica' como se diría en Formula 1.

Me desmonto de la bici junto al arco de transición y para mi alegría las sensaciones corriendo en los boxes son buenas. Cambio de zapatillas, me coloco mis cintas para las rodillas, me enfundo la gorra y salgo disparado hacia la salida. Me temo que he salido demasiado disparado: me he ido con los guantes de ciclismo puestos y con un par de calcetines de repuesto en la mano. Bueno, al menos ya estoy acostumbrado :-). Me quito los guantes y llevo el 'pack' en la mano a la espera de identificar una cara familiar en algún punto del recorrido o en un avituallamiento. Después de 5kms y cuando pensaba que me tocaba pasear los calcetines hasta Playa Honda, logro colocar mi carga a un amigo en un avituallamiento y, debo admitirlo, me sentí aliviado: se corre más cómodo sin un par de calcetines en las manos.

El ritmo era bueno, bastante inferior a 5min/km hasta que llegué al aeropuerto. Corriendo por el carril bici junto al aeropuerto pude disfrutar de un viento de cara bastante simpático :-). Ideal para que despeguen los aviones, pensé, aunque yo no quiero despegar. Pero todo es cuestión de tiempo o de distancia según se mire. Unos 3'5kms más tarde, alcancé el punto de giro de 180º y ahora el viento soplaba a mi favor. Volando hacia la meta/salida en Puerto del Carmen completé los 19'6kms de la 1ª vuelta en 1h35min, a 4'50"/km. A ese ritmo podría acabar la maratón en 3h23min!!!. Naturalmente, NO fue así.



NO fue así, pero al menos mi tocayo me respetó y 'las rebajas de Paco' no fueron muy agresivas. Entre el cansancio y las ralentizaciones en los avituallamientos para empaparme todo, beberme todo y comerme casi todo (naranjas y geles, excepto los de vainilla), el ritmo fue cayendo progresivamente.



Al empezar la 3ª y definitiva vuelta me di cuenta de que la remota posibilidad de bajar de 11horas solo había existido en mis quimeras mentales, no en mis piernas. Así que me limité a disfrutar de la última vuelta, eso sí, con una sonrisa bien grande de oreja a oreja: de nuevo iba a completar el Ironman y no me podía quitar de la cabeza mi visualización de los metros finales de carrera acompañado por mi familia. Terminé la maratón en 3h35min y un tiempo total de 11h10min.

Y tal y como lo había imaginado mientras corría, lo viví en los metros finales: corriendo de mano con Maveve, con Iker de su mano y llevando a Noa en brazos hacia el arco de meta.



Cruzamos los 4 juntos, porque para los 4 ha sido el final feliz de muchos meses de entrenamiento. Hacer este Ironman, así como los 2 anteriores, ha sido posible solo gracias a la infinita paciencia y ayuda de Maveve. Y es a ella a quien tengo que darle las gracias:

¡Muchas Gracias Maveve!. ¡Muchas gracias por tu paciencia y por tu generosidad!. Porque ha sido tu tiempo el que generosamente me has regalado. ¡Muchas gracias de nuevo!

Hemos terminado el Ironman todos los que nos embarcamos en esta aventura en Junio del 2010: Luismi, Jose, Juan Andrés y un servidor. Sin duda, un éxito rotundo.
Ya hay quien va a repetir seguro el año próximo, y quien se lo está pensando.
¡Tranquila Maveve!. El año que viene yo no hago el Ironman...

...pero seguro que otras aventuras nos esperan !!!.

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